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Perder para Ganar


Versículo para hoy:
"Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo." (Lc 14:33) (RVR 1960)

Lectura Bíblica:
Hoy leemos Números 32:1-15

Reflexión:

Ayer terminamos de ver el capítulo 27 donde Moisés recibe un "NO" como respuesta a su oración. Uhhhh.... ¡Qué dolor!... y todo por un momento de enojo. Un arranque de ira. Una reacción apresurada.

En lo personal esto me recuerda que necesito velar y orar para no pecar. Debo
andar en el Espíritu y no satisfacer los deseos de mi carne, porque, si bien, cuando confieso, Dios me perdona, hay consecuencias que son muy dolorosas.

Tengamos en cuenta que Moisés salió de Egipto con un solo deseo en mente: 
"Entrar en la Tierra Prometida".

Ahora se encuentra casi en la puerta, listo para cumplir el objetivo y Dios le dice: "No".
¿Cómo te sentirías? ¿Qué harías si estuvieras en su lugar? ¿Has pensado en todo lo que este hombre dejo por tratar de hacer realidad este sueño?

El autor de la carta a los Hebreos dice lo siguiente:


"Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, 
escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, 
que gozar de los deleites temporales del pecado, 
teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; 
porque tenía puesta la mirada en el galardón." (He. 11:24-26) (RVR 1960)

Él prefirió perder para ganar. No le importó dejar de acumular en la vida terrenal con tal de guardar tesoros en la patria celestial.

Hay una muy conocida y repetida frase de Jim Elliot (1927-1956) que dice: 


"No es un necio aquel que da lo que no puede retener, 
para ganar lo que no puede perder"

Jim Elliot fue uno de los cuatro misioneros que entregaron sus vidas llevando el evangelio a los Huaoranis. Tenían un hermoso sueño pero, al igual que Moisés, no llegaron a ver que se hiciera realidad.

Dios simplemente dijo: 
"Moises, hasta aquí llegó tu ministerio. Es tiempo de colocar a otro. Josué ocupará tu lugar"
Por el relato que sigue vemos que Moisés realmente era un hombre manso, humilde y sumiso.

"Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación;" (Nm 27:22) (RVR 1960) 

En contraste con todo esto, el capítulo 32 me lleva a pensar en aquellos que se detienen y abandonan el llamado porque no quieren perder lo que han acumulado.

Son esas personas que no están dispuestas a renunciar a lo terrenal y abandonan el sueño. No siguen avanzando en la carrera.

Para nosotros, entrar en la Tierra Prometida no es un símbolo de entrar al cielo o alcanzar la salvación. Eso es algo que Jesús ya consiguió por su muerte en la cruz. Es como aquella salida de Egipto. Fue necesario sacrificar un cordero para lograr la libertad y la salvación de la mano de Faraón.
Ahora bien, conquistar la tierra, eso si depende de nosotros. Acumular coronas, conseguir el galardón eso es otra cuestión.

Jesús dijo: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón." (Mt 6:19-21) (RVR 1960)


Considero que Ruben, Gad y la media tribu de Manases no estuvieron dispuestos a pagar el precio.

El pasaje dice que ellos miraron todo lo que tenían. Sus ganados.
Miraron el lugar donde estaban y pensaron: "aquí estamos bien".
Solo pensaron en su comodidad y en la seguridad para prosperar.

Es algo para detenernos a pensar. 
No sea que al final nos pase igual, que estando a punto de cruzar decidamos abandonar.

Germán E. Wursten Elmer.


Las citas bíblicas marcadas (RVR 1960) son de la Reina Valera © 1960. El texto Bíblico ha Sido Tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; Renovado © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado Con permiso. 

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