Semana 6
La Biblia en un año
Hoy leemos: Levítico 22 al 23
Memorizamos:
DEUTERONOMIO 4:39
"Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro." (Dt. 4:39) (RVR 1960)
Hora Silenciosa:
Lectura Devocional:
Marcos 12:1-12
Es notable como el desprecio y el rechazo hacia Jesús, por parte de los líderes religiosos, va en aumento.
Los que hacen el mal, estando en oscuridad,
se enojan y atacan a todo el que enciende una luz.
Aquellos que no siguen las reglas, se molestan cuando alguien nuevo llega y les señala sus
errores o cambia sus procedimientos.
Si formamos parte del grupo que realmente sigue a Cristo se notará la diferencia.
Vamos en sentido contrario, por lo tanto, debemos estar preparados, vendrán choques, seremos rechazados.
Debemos estar atentos sabiendo que en este mundo somos observados todo el tiempo. Satanás siempre tratará de apagar la vida de un auténtico Cristiano porque es como una luz que se enciende en un lugar oscuro.
Recuerda que el diablo no quiere que la luz de Cristo brille en tu vida porque eso cambiará las cosas en tu casa, en tu trabajo y en todo lugar donde te encuentres.
Ayer vimos que Jesús realizó una limpieza profunda en el Templo.
Cambió todas las cosas y tiró afuera lo que no servía.
Al día siguiente vinieron los problemas. Los líderes se levantaron en su contra y preguntaron:
¿Porqué hiciste esto?; ¿Con qué derecho?; ¿Quién te ha dado permiso y autoridad para venir a cambiar todo y corregir lo que estamos haciendo?
Me los imagino tratando de hacer enojar al maestro acosándolo con preguntas, pero Jesús reacciona con calma. No se apresura a darles una respuesta.
Cuando alguien venga para atacarnos o criticarnos por lo que hacemos debemos recordar que:
"En las muchas palabras no falta pecado;
mas el que refrena sus labios es prudente." (Pr 10:19) (RVR 1960)
El Señor no se apresuró a contestar. Pensó bien las cosas.
Cuando nos ataquen o nos critiquen por seguir a Cristo recordemos estas palabras de Santiago:
"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír,
tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre
no obra la justicia de Dios." (Stg. 1:19-20) (RVR 1960)
El Señor, con calma, les relata una parábola. Sabe que así entenderán.
"Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores,
y se fue lejos. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de éstos del fruto de la viña." (Mr 12:1-2) (RVR 1960)
Con seguridad los líderes, al escucharlo, sabían que se estaba refiriendo a ellos y a todo Israel.
En Isaías 5:1 al 7 el profeta habla de una viña y los frutos que el labrador esperaba cosechar de ella. Jesús utiliza esta misma idea para darles su mensaje.
Es como si les dijera:
Ustedes saben que Dios los apartó de todos los pueblos y los colocó en una tierra especial.
Todo este tiempo, Dios ha estado esperando cosechar buenos frutos de ustedes, pero hasta ahora no ha conseguido nada.
Ustedes son esos labradores malvados. Ustedes son los responsables de cuidar, regar, quitar las malezas y llevar el fruto. Pero siempre han obrado mal.
Dios les ha enviado diferentes siervos, muchos profetas y maestros, pero ustedes no les prestaron atención. Los rechazaron a todos.
Lo que Jesús esta diciendo es que que ellos una y otra vez rechazaron el mensaje. No se convirtieron. Han pecado y han despreciado al Dios verdadero.
En su gracia Dios ha enviado a su propio Hijo. Esta es la última advertencia. Les está ofreciendo una oportunidad mas.
Espera que lo reciban, que crean, que produzcan los frutos del arrepentimiento.
Si lo rechazan y no se convierten ya no tienen niguna esperanza. No existen mas oportunidades. Viene el juicio final.
Esto nos muestra de dónde viene la autoridad de Jesús. Él es el único Hijo enviado por Dios.
Sabemos que Israel no lo aceptó.
¿Lo has aceptado tú?
Su mensaje en este tiempo está llegando a nosotros.
Dios espera que recibamos su Palabra y que podamos ofrecerle buenos frutos que traigan gloria a su nombre.
Si no aceptamos a su Hijo Jesucristo lo único que nos espera es el castigo y la condenación eterna.
"El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." Juan 3:36 (RVR 1960)
Germán E. Wursten Elmer
Las citas bíblicas marcadas (RVR 1960) son de la Reina Valera © 1960. El texto Bíblico ha Sido Tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; Renovado © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado Con permiso.
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