Un tiempo a solas con Jesús

Semana 4
La Biblia en un año:
Hoy leemos: Éxodo 30 al 32

Memorizamos: Jeremías 32:17

Repasemos el versículo:

"¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada, que sea difícil para ti;" (Jer 32:17) (RVR 1960)

Pasaje Bíblico Devocional
Hora Silenciosa:
Marcos 9:1 al 13 (Lee tu Biblia)

¿Recuerdas lo que vimos ayer? ¿Qué pasó con Jesús y Pedro?
Según Jesús ¿Dónde estaba el problema de su discípulo?
Vuelve a leer el versículo 33.

Muchos de nuestros problemas o dificultades tienen el mismo origen.
El diablo nos impulsa a mirar las cosas como las mira el mundo y estamos pensando en nuestra propia vida, nuestros deseos, nuestros intereses.

Ayer vimos que Pedro tiene mucho que aprender. Es un seguidor de Cristo pero está en
crecimiento y debe ser corregido y formado, para eso es el proceso de discipulado.

Nuestra oración podría ser:
"Señor repréndeme, como a Pedro, todas las veces que creas necesario, con tal de no avanzar en un sentido contrario a tu buena voluntad." 

¿Te has detenido a leer el pasaje de hoy? Lo repito: Marcos 9:1 al 13

Piensa por un momento ¿Qué me está contando el autor aquí?
¿Cuál es la enseñanza o qué quiere decirme Dios? ¿Qué debo entender?
No te apresures. Detente y vuelve a leer el pasaje.

Mi conclusión es la siguiente:

En el Monte, pasando un tiempo a solas con Jesús, 
es donde puedo cambiar mi manera de pensar y mi actitud.

Pedro, Jacobo y Juan tuvieron una oportunidad maravillosa.
Ellos fueron llevados a un lugar especial.
Por un tiempo estuvieron alejados del resto y conocieron más de cerca a su Maestro.

Necesitamos tener estos tiempos tranquilos para estar a solas con el Señor. Tener un lugar donde apartarnos y buscar desarrollar esa amistad íntima que nos ayuda a pensar como Dios piensa.

En un momento fueron abiertos los ojos de estos discípulos y pudieron ver a Jesús vestido de Majestad. El Señor se transfiguró, es decir, cambió toda su apariencia.

Todo es hermoso en este lugar.
De pronto llegan los más famosos, los más amados líderes del pueblo de Israel: Moisés y Elías. ¿Te imaginas lo que habrá sido?

Pedro dice: "Señor... ¡qué bien estamos aquí! ¿Nos podemos quedar?... ¿Quieres que armemos tres enramadas?"

Esto es lo mismo que decir: ¿Nos podemos quedar en este lugar? ¿Quieres que armemos tres carpas? Yo no quiero volver a encontrarme con la gente de abajo.

Para un Judío no había nada superior que Moisés y Elías. Ellos representan la Ley y los Profetas. Pedro está colocando a Jesús al mismo nivel que los principales líderes de Israel.

Marcos dice que Pedro no tenía idea de lo que estaba diciendo. (Mr. 9:6)
De pronto sucede algo maravilloso:

"Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd." (Mr 9:7) (RVR 1960)

Al retirarse la nube solo Jesús estaba allí parado, nadie más a su lado.
Viene bien aquí mencionar lo que dice el autor de la carta a los Hebreos:

"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo 
a los padres por los profetas, en estos postreros días 
nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, 
y por quien asimismo hizo el universo" (He 1:1-2) (RVR 1960)

Ahora queda claro que debemos escuchar solo a Cristo.
Ya no hay necesidad de profetas, ya no hay otra ley, ni otra revelación.

Pero aquí viene otra verdad. Luego de conocer más a Cristo, pasando un tiempo a solas con Él, debo bajar nuevamente a la realidad. Debo compartir con la gente del pueblo. 
Debo servir a los demás.

Ellos descendieron del monte con Jesús para seguir anunciando el evangelio. 
La tarea no se ha terminado.

Nosotros también debemos hacer lo mismo. 
Pasar un tiempo con Jesús y luego salir y mostrar al mundo la verdad.

Germán E. Wursten Elmer.

Las citas bíblicas marcadas (RVR 1960) son de la Reina Valera © 1960. El texto Bíblico ha Sido Tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; Renovado © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado Con permiso.