Translate

¿Eres parte de Su Verdadera Familia?



Semana 2
Bíblia en un año:
Leemos Génesis 27 al 29

Memorizamos
ISAIAS 66:2
"Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; 
pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, 
y que tiembla a mi palabra." (Is 66:2) (RVR 1960)

Hora Silenciosa
Pasaje Bíblico Devocional
Marcos 3:22-35

El pasaje de hoy nos permite ver que cuando el corazón se endurece y rechaza a Cristo no hay milagro, no hay señal, no hay nada que lo pueda hacer cambiar de opinión.
Es lamentable ver que ni aun la propia familia de Cristo le aceptaba o le
reconocía como el Mesías.

Si alguien rechaza a Cristo 
no tiene ninguna esperanza de recibir perdón 
y salvación.

Por un momento pensemos nuevamente en el hombre con la mano seca. Esto le impedía  trabajar y ganarse la vida. Seguramente pedía limosnas en las calles o en la puerta del Templo.
Si pensamos en su futuro, realmente, no tenía ninguna esperanza.
Su mano ya estaba seca, era algo sin vida. ¿Qué podía hacer?

Esto, de alguna forma, podemos decir que nos representa a todos los seres humanos en nuestro estado natural.

Debemos entender que todos hemos nacido con el pecado en nuestro corazón. 
Esto nos deja paralizados. Estamos condenados a una eternidad lejos de Dios.
Es como una marca que llevamos de nacimiento.
Estamos incapacitados para hacer algo que agrade a Dios.
Si la salvación depende de las obras nosotros no podemos hacer ninguna. 
Somo inútiles delante de Dios.
Por causa del pecado somos desechados y no tenemos esperanza para el futuro.
Estamos sin vida, tan secos e inútiles como esa mano.

¿Qué esperanza tenemos de poder entrar en la presencia de Dios?

La única forma de volver a tener vida es por la intervención divina.
Jesús llega y hace una invitación:

"Hey, tú... el que tiene la mano seca. 
Ven aquí, levántate. Pasa al frente, ponte en el medio".

Jesús toma la iniciativa.
Él ve la necesidad y decide hacer lo que solo Él puede hacer: restaurar y dar nueva vida. Traer esperanza y valor a una vida perdida.

¿Qué es lo único que espera de nosotros?
Que respondamos por la fe y hagamos lo que nos pide.
Debes escuchar su voz llamándote. Debes venir al frente. Debes extender tu mano. 
Debes creer y recibir. Nada más.

Vuelve a leer en Marcos 3:5 lo que dice Jesús:

"...Dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, 
y la mano le fue restaurada sana." (Mr 3:5) (RVR 1960)

¿Entiendes lo que acaba de ocurrir? Solo por gracia, sin obras humanas, solo por el poder de Cristo la mano de este hombre recupera la vida.

Cuando escuchas su voz y respondes por la fe a su llamado. Cuando crees en Él y le buscas para recibir su ayuda, obtienes una nueva vida y pasas a formar parte de su verdadera familia.

Disfrutar de la salvación y tener la seguridad de entrar a la presencia de Dios con total libertad es el resultado de creer en Jesús. No existe nada más.

¿Qué pasa en el pasaje que leemos hoy? ¿Qué podemos ver?
Que los Escribas tenían el corazón tan seco y tan endurecido que no podían beneficiarse de la Gracia de Cristo.

¿Eres como los Escribas? ¿Estás rechazando este mensaje?

Muchos están así en el día de hoy.
Cuando una persona cierra su corazón a la verdad del evangelio y rechaza el mensaje de las Escrituras buscará e inventará todos los argumentos que crea necesarios para tratar de justificar su incredulidad.

Vemos que los Escribas no pueden negar el milagro de Cristo pero entonces comienzan a decir que su poder viene por la mano de Satanás. Esto es una blasfemia contra el Espíritu Santo de Dios. Jesús dice que este pecado no tiene perdón.

El Señor dice que cualquier pecado puede ser perdonado. Hasta lo más  grave que podamos pensar, si acudimos por la fe a Jesús, el dice que Dios lo perdonará.
Pero si una persona blasfema y rechaza la obra de Cristo ya no tiene perdón porque no existe otra manera de alcanzar salvación.

Hacer la voluntad de Dios es creer en Jesús como el Mesías Salvador y extender las manos hacia Él buscando su perdón.

Qué hermoso es saber que por haber creído en Jesús y por haberle recibido por fe como Salvador y Señor ahora somos su familia.

"Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, 
ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre." (Mr 3:35) (RVR 1960)


¡Gracias Señor por tu perdón y Salvación!

Germán E. Wursten Elmer

Las citas bíblicas marcadas (RVR 1960) son de la Reina Valera © 1960. El texto Bíblico ha Sido Tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; Renovado © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado Con permiso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte tu comentario.