El Libro de los Hechos de los Apóstoles

Día 22

Antes de leer el pasaje de hoy te invito a considerar lo siguiente:

Durante los últimos días hemos estado leyendo el libro de los Hechos que ocurrieron en el mundo luego de la muerte y resurrección de Cristo.

El libro de los Hechos es un puente para pasar de Israel a la Iglesia.

Hechos de los Apóstoles es un libro de transición para pasar de la Ley a la Gracia.

Hechos de los apóstoles nos ayuda a entender que EL EVANGELIO de la gracia de Dios ha llegado para ofrecer la salvación a TODA persona de TODA raza, pueblo y nación. No es un mensaje para unos pocos escogidos.

Hoy veremos que a Pedro le costó entender que:

Todo aquel que cree y recibe a Jesús obtiene la vida eterna y el perdón de Dios. La Sangre de Cristo fue derramada en el calvario para que TODO aquel que marque su vida con esa sangre sea salvo.

Esto no es solo un beneficio para unos pocos escogidos sino para todos los seres humanos.

Esto es importante saberlo y entenderlo pues de lo contrario pensaremos como Pedro. Nos limitaremos a creer que solo unos pocos pueden recibir la salvación.

En los primeros capítulos el enfoque está puesto en el pueblo escogido, es decir los Judíos. Desde el Capítulo 8 en adelante vamos observando el gran cambio.

Primero el mensaje se extiende hacia los samaritanos y ahora se extiende hasta los gentiles.

Algo más quiero resaltar.

En estos capítulos que hemos leído y en el pasaje que nos toca leer hoy, podemos ver personas muy sinceras. Personas responsables, honestas y muy buenas. Hombres y mujeres religiosas, temerosas de Dios, personas que oran, ofrendan, hacen buenas obras, cumplen con las normas de la tradición religiosa. Sin embargo están perdidas. No irán al cielo por las buenas obras. Sus pecados todavía los mantienen atrapados. Están condenados.

En el capítulo 10 que comenzamos a leer ayer, vemos que Cornelio era muy bueno.

Así lo describe el versículo 2

“Piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.

(Hechos de los Apóstoles 10:2)

Pero Cornelio necesitaba escuchar y creer en el Evangelio.

¡Cuántos como Cornelio podemos tener a nuestro alrededor!

Tal vez nosotros somos como este hombre que buscaba alcanzar la salvación haciendo buenas obras para agradar a Dios. Haciendo sacrificios y cumpliendo con la religión.

Tal vez somos muy buenos pero todavía no creemos en en el evangelio y no recibimos a Jesús como nuestro Salvador.

Piénsalo por favor y lee La Biblia abriendo el corazón.

Lectura Hechos Capítulo 10:9 al 24

Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta.

Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo.

Y le vino una voz:

“Levántate, Pedro, mata y come.”

Entonces Pedro dijo:

“Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.”

Volvió la voz a él la segunda vez:

“Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.”

Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.

Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta.

Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro.

Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu:

“He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.”

Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo:

“He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?”

Ellos dijeron:

“Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras.”

Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.

Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos.

(Hechos de los Apóstoles 10:9-24)

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