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Cómo mover una montaña... pero de amargura


Semana 6
La Biblia en un año
Hoy leemos: Levítico 18:19-21:24

Memorizamos:
DEUTERONOMIO 4:39
"Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro." (Dt. 4:39) (RVR 1960)

Hora Silenciosa:
Lectura Devocional:
Marcos 11:25-33

¿Te acuerdas lo que vimos en el pasaje de ayer?
El Señor con sus discípulos entró en el Templo y se encontró con algo que realmente le molestó.
Podemos ver su autoridad y su celo por la santidad de Dios cuando comienza a limpiar y a colocar cada cosa en su lugar.
Mateo lo relata de esta manera:

"Y entró Jesús en el Templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones." (Mt 21:12-13) (RVR 1960)

El Señor esperaba encontrar buenos frutos, así como cuando se acercó a la higuera, pero al entrar en el Templo pudo comprobar que todo era solo apariencia. Estaban vacíos de la vida celestial y llenos de la vida terrenal.
El lugar que debía ser utilizado para que la gente se encontrara con Dios estaba siendo utilizado para hacer negocios y sacar beneficios personales.

Esto me lleva a pensar en nuestro cuerpo. Los creyentes somos, en la actualidad, el Templo de Dios.
La gente que se relaciona con nosotros debería poder llegar a tener un encuentro con el Salvador.
Si no tenemos temor, y si no prestamos atención, podemos terminar ocupados solamente en mantener las apariencias. Podemos estar tan afanados y preocupados por lo material, o lo terrenal, que terminamos perdiendo el enfoque y la razón de nuestra existencia. Perdemos nuestra comunión con el Señor y dejamos la vida de oración y devoción.
Si el Señor viene ahora... ¿Cómo nos encuentra? tal vez deba sacudirnos un poco y hacer una limpieza.

Al salir del Templo, los discípulos, vieron que la higuera maldecida estaba seca.
Para mi esto es una clara referencia a la maldición que viene sobre todo aquel que no lleva los frutos que producen la fe y la obediencia.
El Señor, luego de mostrar las consecuencias de la incredulidad y la desobediencia les habla de tener una fe que mueve montañas.
"Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios." (Mr 11:22) (RVR 1960)

Esto nos enseña que solo por la fe obtenemos autoridad y poder para hacer que las cosas sucedan y que los cambios sean evidentes.
No se refiere literalmente a mover un monte, pero si se refiere a quitar cualquier obstáculo que nos impide crecer y avanzar en su obra.
Uno de los más grandes impedimentos es la falta de perdón; 
es la montaña de amargura que estorba en el corazón.

Jesús dice que nuestra vida de oración se ve afectada cuando no podemos perdonar al ofensor.
El autor de la carta a los Hebreos dice que debemos tener mucho cuidado con permitir en nuestra vida el desarrollo de una raíz de amargura.
"Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; 
que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, 
y por ella muchos sean contaminados;" (He 12:15) (RVR 1960)

La amargura es como una raíz que nace en lo profundo del corazón. Nadie la puede ver al principio, pero en un momento sale a la superficie y causa un tropiezo tremendo para los que intentan seguir avanzando.
El Señor dice que nosotros somos los que, por la fe, debemos perdonar y de esa manera moveremos la montaña que nos estorba para seguir creciendo en la vida espiritual.
Nuestras oraciones llegarán con total libertad y recibirán la respuesta según sea Su voluntad.

Finalmente vemos que los fariseos y los líderes religiosos siguen atacando y criticando la autoridad del Hijo de Dios. Tratan de impedir que siga haciendo la obra.
Jesús sabe bien quién lo ha enviado. No se molesta en dar mayores explicaciones.
El que lo quiera seguir que lo siga y el que lo quiera criticar que lo critique.
No le dará lugar a la queja, el enojo o la amargura. Seguirá adelante cumpliendo con la misión.
El ya perdonó al ofensor.
Nosotros debemos seguir su ejemplo. Desarrollemos la fe, perseveremos en la oración, perdonemos al ofensor y saquemos hoy mismo toda amargura que tengamos en el corazón.

Germán E. Wursten Elmer

Las citas bíblicas marcadas (RVR 1960) son de la Reina Valera © 1960. El texto Bíblico ha Sido Tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; Renovado © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado Con permiso.

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