La advertencia de Amós

Hola!... ¿Tienes ahora un tiempo para estar a solas con Dios?
En primer lugar seguiremos con nuestra lectura de Lucas.

Lectura Bíblica:
Lucas 2:39-52
Como puedes ver, son muy pocos versículos. La idea es que terminemos de leer todo el evangelio a fin de año.

Versículo para hoy:

"Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia." (Sal 32:10) (RVR 1960)

Pasaje Bíblico Devocional:
Hoy comenzamos con el libro del profeta Amos. 
Leemos Amos 1:1-2 y luego el capítulo 3:1 al 7.

Amos era un hombre común. Algunos historiadores creen que era de una familia de escasos recursos.

Por lo que él mismo dice en el capítulo 7:14 y 15 vemos que era un trabajador esforzado. Se ocupaba de pastorear las ovejas y cosechar higos silvestres. No era un profeta profesional, ni siquiera venía de una familia de profetas, pero tenía ese rasgo singular que
marca la diferencia: El temor a Dios. Esto lo llevó a la obediencia.

El mismo dice:

"...No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me, dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel." (Am 7:14-15) (RVR 1960)

Vemos que, cuando Dios lo llamó para salir a proclamar su Palabra, Amós obedeció. 
Dejó todo y se dedicó a cumplir con la tarea.

Nació en Tecoa, una aldea que se encontraba al Sur de Jerusalén. Aproximadamente a unos 19 Km. de dicha ciudad.

Éste fue el primer profeta que comenzó a dejar por escrito sus mensajes. Su ministerio comenzó, aparentemente, en el año 760 A.C.

Si bien era de la tierra de Judá, el reino del Sur, vemos que Dios lo quiere utilizar para llevar su mensaje al reino del Norte, es decir a Israel.

Es interesante ver como Dios llama a personas que nadie más escogería. 
El limpia, capacita y utiliza lo que otros desechan.
En este tiempo el Señor sigue llamando obreros. ¿Escuchas su voz? ¿Qué harás?

Como dice Pablo:

"Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia." (1Co 1:26-29) (RVR 1960)

La clave está en que, así, nadie se puede jactar o llenar de orgullo.

¿Qué sucedía en tiempos de Amós?
Digamos que en lineas generales, toda la nación había logrado un  nivel económico alto.
La mayor prosperidad estaba en Israel. Lo que se conoce como El Reino del Norte.

El éxito, la riqueza y los bienes materiales suelen afectar la vida de fe. Muchos confían solo en sus recursos y ponen la mirada en las cosas de la tierra, dejando de lado al Señor.
La Palabra no logra penetrar el corazón y si en algún momento la semilla del mensaje crece, lo hace con debilidad. Es ahogada y no da frutos. (Lee Lucas 8:14)

Amós se encuentra con este panorama en la nación: se habían distanciado del Dios que en el pasado habían amado y adorado.

Algunos guardaban las tradiciones pero practicaban una religión superficial. En muchos casos dieron lugar a la adoración de imágenes y se mezclaron con el paganismo. Esto mismo está ocurriendo hoy.

Mi recomendación es que leas en algún momento Amós desde el capítulo 1 al 3. Eso te ayudará a comprender lo que pasaba.

Resumiendo podemos decir que  Dios, por medio de su siervo, se dirige al que está viviendo en pecado y le dice: 
"Hasta aquí llegaste". "Tu maldad ha colmado todos los límites". "Debes saber que ha llegado tu hora, viene un castigo. El Señor te espera para el juicio." (RVR 1960)


El Señor dice:
"A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os, castigaré por todas vuestras maldades." (Am. 3:2) (RVR 1960)

Esto es una advertencia. Con Dios no se juega. 

El pecado siempre destruye y hace daño. 

Nunca terminará bien aquel que anda mal.

Si estás cometiendo un pecado y lo estas ocultando, estás endurecido. 
Terminarás destruido, pero este mensaje llega para despertarte.

¡Hay una esperanza!

Debes entender que: Dios te ama y desea que te vuelvas a Él. 
Solo hay un camino y es Cristo. Vuélvete hoy mismo al Señor. Confiesa y pide perdón. Encontrarás restauración, ayuda y consolación, pero la oportunidad es hoy. No la dejes pasar. Vuelve al Señor con todo tu corazón.

Germán E. Wursten Elmer.


Las citas bíblicas marcadas (RVR 1960) son de la Reina Valera © 1960. El texto Bíblico ha Sido Tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; Renovado © 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado Con permiso.