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Buscando recuperar la visión.

Tiempo de reflexión.
Lectura: Marcos 10

El capítulo 10 del evangelio escrito por Marcos contiene 52 versículos.

He invertido tan solo siete minutos en leer, de manera pausada, estos pocos versos y me doy cuenta que necesito clamar como Bartimeo dice al final:

“¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”
(Marcos 10:47)

Oh, sí Señor, ten misericordia para que recobre la vista y te pueda seguir.

Eso mismo hago ahora. Sin perder más el tiempo comienzo a clamar:

“Oh Señor Jesús, ten misericordia de mí. Hazme ver lo que tú ves. Cambia mi manera de pensar tan humana, tan terrenal, tan religiosa y tradicional”

Pensemos por un momento en Bartimeo, aquel ciego hijo de Timeo, quien pudo experimentar una verdadera y profunda transformación porque reconoció su condición y creyó que Jesús era su única esperanza de salvación. Aunque Bartimeo no podía ver si podía escuchar, podía creer y podía clamar:

“JESÚS HIJO DE DAVID, TEN MISERICORDIA DE MI” (Marcos 10:47)

¿Qué pasaría si pudiéramos imitar a este hombre sencillo en su manera de actuar?

Viene a mi mente lo que Pablo dice en su carta a los Romanos sobre la fe que viene por el oír. Bartimeo primero escuchó, luego creyó y clamó. Al final, por fe, la gracia de Dios recibió.

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.“
Romanos 10:17

El ser humano es un mendigo que está completamente perdido. Pasa la vida tirado al costado del camino; acostumbrado a vivir como siempre ha vivido. 

La gente ya no pide misericordia, ya no busca salvación, ha perdido la visión celestial y se conforma con las migajas de esta vida terrenal.

Son muchos los que van por la vida sufriendo, tropezando, y gimiendo. Jesús está pasando pero ellos no se están enterando.

Para experimentar un profundo cambio en mi interior necesito entender y aceptar que mi manera de pensar está errada. Debo escuchar en quietud lo que dice la Palabra de Dios, creyendo que es la verdad y rechazando todo lo que diga la humanidad.

Debo reconocer que yo estoy en total oscuridad. No veo y no entiendo nada como es en realidad y solo Jesús me puede restaurar la visión si le pido que venga y transforme mi corazón.

Luego de leer y reflexionar un poco sobre el capítulo 10 de Marcos he llegado a esta conclusión: 

Necesito una verdadera transformación en mi interior. Necesito que mis ojos sean abiertos por la Palabra de Dios.

Es mi manera de pensar la que se debe adaptar a las enseñanzas de Jesus y no al revés.

Nunca debemos forzar las enseñanzas de Jesús para lograr que se acomoden al molde antiguo de nuestra manera de pensar. 

El capítulo 10 del evangelio de Marcos me permite entender con dolor: ¡CUÁN CIEGO ESTOY Y CUÁN GRANDE ES EL CAMBIO QUE TIENE QUE HACER JESÚS EN MI INTERIOR!

Veamos algunos pensamientos que deben ser transformados:

- El divorcio nunca es una buena opción a tener en consideración. Lo mejor es tratar de hallar una solución. (Marcos 10:1-12)

- Los niños son una bendición, aunque hagan ruido en la reunión. No son un estorbo ni son una complicación. Ellos también necesitan conocer a Jesús como Salvador. (Marcos 10:13-16)

- No podemos heredar la vida eterna cumpliendo con las demandas de la religión. El cielo se alcanza por pura gracia y por fe, no por las buenas obras que podamos hacer. (Marcos 10:17-20)

- Si quieres tener tesoros celestiales no te aferres a los bienes terrenales. Entrega todo por amor y sigue a Jesús el Salvador. (Marcos 10:21-34)

- El mundo tiene en alta estima a los que llegan a lo alto de la cima. Se admira y se aplaude el esfuerzo y el tesón, muchos quieren llegar a la mejor posición, pero en el cielo tendrá su galardón el que sirve a los demás con humildad de corazón. (Marcos 10:35-45)

- Reconocer la propia ceguera espiritual es el primer paso para recuperar la visión. El segundo paso es humillar el corazón y pedir ser alcanzados por la gracia del Señor. (Marcos 10:46-52)

Oración:
Señor, aquí estoy con mi corazón delante de ti esperando ser alcanzado por tu gracia una vez más. Ten misericordia y restaura mi visión. Corrige mis conceptos tan errados y ayúdame a caminar a tu lado.
Amén 

Gracias por leer esta reflexión personal.

Que Dios te bendiga en tu diario caminar y si reconoces tu ceguera espiritual no dudes en clamar. 
Jesús nunca se niega a responder la oración de aquel que le llama pidiendo salvación.